Artículo de D. Baltasar Bueno Tárrega en el periódico Levante – EMV el día 3 de Noviembre de 2015.
El Barrio del Carmen fue siempre el barrio de los artesanos desde que Jaime I les envió allí a los que se quedaron conquistada la ciudad, montándose en sus humildes casas del arrabal sus tallercitos. Hoy pocos artesanos quedan en el lugar, en el que los antiguos oficios se tornaron bares en multitud de bares y pubs.
En el 23 de Na Jordana, desde hace un siglo, se mantiene en pie un taller artesano puro, Piró Orfebres, en una casa que mantiene su antigua estructura de pueblo, planta baja con corral, lugar impensable de que puedan salir de allí maravillosas obras de arte trabajadas a base de punzón e ingenio, como siempre hicieron nuestros plateros. Impresiona la humildad y sencillez del lugar cuando se accede a él y la de sus moradores.
Llegan hasta aquí personalidades de todo el mundo a encargar trabajos nuevos o a restaurar el patrimonio histórico-artístico en metal. Es costumbre, por citar un ejemplo, que se acerquen aquí los que han sido nombrados obispos para encargar su báculo. La bellísima custodia de Corpus de Traiguera del siglo XV fue restaurada en este obrador artesanal. La lista de relatarla sería interminable.
Piró se ha especializado en hacer reproducciones del Santo Cáliz, un verdadero reto que asumió cuando se le encargó el primero. Medidas, peso, materiales, calidades,? las consigue asombrosamente, nunca serán exactamente el original, pero se aproximan mucho los facsímiles que de él hace.
El procedimiento: diseño previo, estructura de plata, obtención del prototipo, fundición a la cera perdida, ensamblaje y dorado final. Posteriormente, el material pétreo, ágata, o un mármol ágata morisco, que intente la similitud con la piedra ágata oriental del Santo Cáliz. Las esmeraldas y rubíes que adornan el grial son referenciadas por turmalinas y cristales Swarovski. Para aquellos casos en que los cálices encargados quieran ser usados en las celebraciones litúrgicas, aparte de para su exhibición, dentro del vaso de ágata se coloca otro de plata dorada.
Reproducciones del Santo Cáliz las hace Piró continuamente, bien para parroquias valencianas, bien para misioneros en el exterior. Yo mismo encargué hace unos años uno para un sacerdote valenciano amigo que tengo perdido allende los mares en misiones americanas. También suele adquirirse para comunidades religiosas o regalos muy especiales. El anterior arzobispo, Carlos Osoro, encargó uno, con un relicario, como regalo a la Diócesis de Valencia antes de irse de aquí a Madrid. Está depositado en la capilla del Cristo de la Coveta de la basílica de la Virgen.
El fundador de la saga orfebre fue Antonio Piró García, discípulo del platero Devesa. El taller en la actualidad es llevado por la familia de la tercera generación y su especialidad es la labra de objetos religiosos así como restauraciones de piezas antiguas. «Su gran mérito –dice el profesor Francisco de Paula Cots Morató, de la Universidad de Valencia, el que más ha estudiado la historia de este taller artesano„ es que, debido a su sensibilidad y cultura, han sabido adaptarse a los nuevos tiempos y han logrado una síntesis entre la tradición barroco-clasicista valenciana y las nuevas tendencias surgidas en Europa en la segunda mitad del siglo XX. Sin esa síntesis y sin su capacidad de adaptación, el obrador se hubiera visto abocado al fracaso. De este modo, es un taller activo con numerosos encargos y una larga experiencia en el arte de la platería, donde han labrado piezas importantes que están repartidas por toda Europa y América.»
Hoy están al frente de él los hermanos Gabriel, Vicente, Pablo y Maria José Piró Mascarell, hijos de Antonio Piró López, quien con sus hermanos María José y Enrique integraron la segunda generación orfebre de esta saga cuya obra, bien nueva o bien de restauración de antiguas, salida de sus talleres en los últimos cien años está repartida por numerosas iglesias. BALTASAR BUENO TÁRREGA