Fechas atrás, recibíamos el encargo de recuperar uno de aquellos primitivos cálices de Félix Granda. Desde una localidad malagueña nos remitían una serie de piezas desmontadas a las que faltaba el nudo central. Conservaba, no obstante, cuatro figuras de marfil (S. Pedro, S. Pablo, y dos evangelistas) y un esmalte de la Inmaculada con una orla con pedrería.