Nuestra pieza del mes: La Custodia de Traiguera

En el final del año litúrgico de la Fe, nos hacemos eco con esta pieza realizada hacia 1415 por Juan Olzina (padre), platero con punzón de la villa de San Mateo.  Restaurada en el año 2004 con motivo de la exposición de la Fundación La Llum de les Imatges, la pieza constituye un hito en la orfebrería gótica valenciana. La tipología de custodia-arqueta fue muy habitual en la Corona de Aragón durante esta etapa, permitiendo la doble función de albergar las sagradas formas y exponer el Santísimo. La estructura se compone de un pie mixtilíneo, restauración realizada hacia finales del s XV y que podemos ver también en la custodia de Xàtiva; un nudo con una estructura arquitectónica en degradación al estilo de las macollas de las cruces procesionales valencianas; una moldura que se extiende en dos brazos rematados por ángeles, símbolo de pureza; la arqueta, a modo de galería de arcos y contrafuertes donde se hospedan las figuras de los apóstoles; el araceli, rematado por una exuberante estructura de agujas que albergan la figura del Padre Eterno y los ángeles músicos; el crucifijo en la cimera.

Teniendo en cuenta su función litúrgica, a lo largo de los siglos la obra se vio expuesta a numerosas intervenciones: la sustitución del sistema de encaje por un eje de hierro con rosca que inutilizaría la arqueta; la pérdida de figuras del apostolado que fueron sustituidas por otras sin más; la desaparición de las figuras del pie, del Antiguo Testamento, probablemente durante la francesada; la eliminación de dos de los soportes dorados del pie, a fin de exponerla en un manifestador rectangular; añadidos de ceras, resinas, plástico y estaño para sujetar partes desprendidas.

El proyecto de recuperación fue una labor realizada en base al estudio previo de la Doctora Núria de Dalmases y el historiador e inspector general de Patrimonio Don Josep Lluis Gil i Cabrera. En la recuperación y puesta en valor de esta custodia para el culto, se pretendió transmitir el espíritu que hace 600 años la hizo posible: la estima por los metales nobles como símbolo de pureza, la belleza de Dios manifestada en el primoroso trabajo de sus criaturas.

Para la redacción de este post hemos recurrido a la información publicada por Josep Lluis Gil i Cabrera. La custòdia-arqueta de Traiguera, 589 anys després: projecte de restauració. En: Boletín nº 72, Julio-Diciembre 2004. Centro de Estudios del Maestrazgo.

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